22/12/12

Quiero solo mirar el horizonte

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Ahora si que me siento como si una gran multitud hubiese pasado por encima mío y de mi memoria se haya hecho un licuado de recordatorios.
No se que quiero recordar primero, no se que quiero hacer a continuación, tampoco sé, como me voy a presentar ante alguien que solicite verme para sostener alguna conversación.

Quiero recordar aquella tarde en la orilla del mar, tarde calurosa, el aire aumentaba la temperatura, las aguas azules y frías acogían a quien a ellas osaban entrar y nadar.
Dentro de mi silencio sepulcral cubría mis ojos de los rayos del sol para poder mirar a ese horizonte, a esa línea horizontal que aparentemente se forma y describe en donde termina la vista. La unión del mundo terrenal con el celestial, una conjugación de vista exquisita para quien la admira, la mano de dios en la naturaleza, la obra maestra del pintor y lo negado al escultor, inspiración de escritores, enamorados y huidizos amantes en cada trazo formado o párrafo escrito.

Amada mía, aquí en donde me encuentro y en ti pienso, quisiera declamarte una poesía llena de amor, cantarte aquella canción que un día hizo latir tu corazón en forma desmesurada o simplemente, darte la flor que nunca recibiste. No se porque quiero hacerlo, no se porque te recuerdo con esa pasión desenfrenada que en nuestros momentos nunca tuvimos, pero ¿Fue por qué? ¡Tampoco lo se! Y entonces te sigo pensando, recuerdo tu talle que delicadamente tocaba y tus labios que enamorados sonreían por las travesuras dichas, efectuadas.

Soleado amanecer, disfrutado en pareja.
Esa noche en la que unidos permanecimos en la playa y sentados sobre la arena  recibiendo la brisa nocturna, a la luz de la luna llena que no dejaba un espacio en negro para que todo fuera observado, nos llenaba de placer y entonces no hablábamos, solo bastaba el girar la cara y vernos a los ojos, en silencio.
El tiempo inexorablemente continuo su marcha, la marea poco a poco fue bajando su nivel, el aire nos dejaba sentir la llegada de un nuevo día y el alba nos recordó que también el amor renace.

Un licuado de recuerdos quisiera hacer y mantenerlos siempre vigentes, pero también quisiera olvidarlos porque nada de eso llegó a ser por siempre o duradero y se que erré el camino, olvidé quizás mis promesas de amor hechas a ti, olvidaste lo que prometiste y el rumbo fue otro, fue el que nos llevo a donde estamos; lejos uno del otro.

No se si me recuerdes como te recuerdo yo, no se si de tu cuerpo emanen esos sentimientos que erizan la piel, deseosa de ser tocada por esas manos que un día suave y delicadamente la recorrieron y la hicieron vibrar.

Ante la realidad de la vida, ante la maravilla que frente a mi tengo, ante los sonidos que ocasiona el golpeo de las olas con las piedras que emergen protectoras te recuerdo como en aquel primer día, en el que solo bastó una simple palabra de saludo para saber que en ese momento ambos nos necesitábamos.
No quiero recordar más, quiero solo mirar el horizonte, quiero solo salir y saber que a mi regreso te encontrare pero…

El oleaje viene y va ¿Igual será el amor? El oleaje sé que no se puede mantener estancado, perdería su nombre y entonces serían aguas muertas. No puede existir oleaje fijo porque las aguas se renuevan, igual sucede con el amor, si no le añades un poco de movimiento cada día, se estanca y entonces se convierte en costumbre quizás y dirías, diríamos, por costumbre estamos enamorados.

¿Que quiero hacer a continuación? Aún sigo sin saberlo, porque no te puedo dejar de pensar, porque tampoco quiero dejar de observar al horizonte, de sentir las frías aguas que me hacen sentir tal como tu me hiciste en algún momento de mi vida; ¡Vivo!

Hacer, ser, sentir, vivir, respirar, ver, palabras que conjugadas dicen más de lo que uno lee, hace, es, siente, vive, respira, ve, porque es ciego ante la belleza, ignorante ante la libertad que a sus pulmones llega al respirar, indolente ante los sentimientos, vagabundo, robot que imita lo que observa, nómada sin iniciativa.

Quisiera andar por el mundo de la mano contigo, pero no te tengo ni tampoco quiero andar, solo quiero tenerte y ¡vaya! Pienso en mí…
Porque mejor no pensar ¿Qué quieres tú? Sí, sé que no estaba pensando en ti porque solo pienso en, el como me siento yo en este momento.
Lindos momentos de reflexión personal, de análisis interno, a ti te habrá pasado y quizás encontraste una mejor respuesta que la mía ¿Dije la mía? pero ¡Si yo no he logrado ninguna! ¿Cómo entonces digo es mejor?

El horizonte no pierde su esplendor, de algún lado aparece una nube y le encuentro forma, veo un cofre, imagino que el cielo se lo entrega a la tierra y le dice que dentro de él va el más preciado regalo que se le pueda hacer a esos que en ella habitan, y el obsequio es; la felicidad, los buenos deseos, ilusión, comunión.

En solitario, mirando el horizonte.
No deseo estar con alguien, pero lo encuentro contradictorio, quiero estar con este lugar evitando su soledad, sin platicar quizás y observando su horizonte ¿Cuántas ocasiones vimos el horizonte personal? Entonces vuelvo a la ceguez y entiendo de nueva cuenta que somos invidentes ante nuestros semejantes, ante la persona que nos ama o que decimos amar porque solo observamos nuestro yo y pensamos en nosotros, no en los demás.

Aquí no hay gritos perturbadores, música estridente, madres malhumoradas o niños llorones, aquí solo esta la naturaleza dejándose admirar, aquí se encuentra la musa inspiradora para el que sus sentimientos quiere dejar aflorar, aquí estoy yo recordándote.
►Eaglespy®◄

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso escrito. Solo un alma bella es capaz de expresar ese sentir.Muestrale al mundo tu verdadero valor.
Estoy impaciente por leer mas relatos tuyos.

Anónimo dijo...

ME ESTOY MOVILIZANDO JUNTO A UNAS AMIGAS PARA LOCALIZAR A ANGEL.
SE AGRADECE TODO LO APORTADO PARA LOCALIZARLO.
lunallena1914@hotmail.com

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